En este informe de batalla karavatis nos cuenta lo ocurrido en la primera partida a dos compañías de batalla, una de enanos de las Colinas de Hierro y otra de Hombres de Dunland.
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CHOQUE ENTRE RUINAS
Hace más de una semana que salieron en búsqueda de alguna patrulla enemiga, las órdenes que llevan son claras, no hacer prisioneros, y están deseosos de entrar en batalla, han buscado y rebuscado, sin acercarse mucho a los núcleos poblados, porque aunque se saben superiores no lo van a ser en número, ellos son ocho, y Børgûnd, que es quien lidera el contingente sabe que es mejor no tentar la suerte en batalla.
De vez en cuando logran sorprender a algún incauto que se ha adentrado demasiado en el bosque o que se ha alejado mucho del camino y aprovechan para que los Salvajes no se aburran, han despachurrado ya a cinco o seis desgraciados, y por boca del último saben que hay más grupos como el suyo, pero de elfos, enanos, orcos… eso los hace ser más precavidos aún, normalmente viajan de noche y siempre alejados de los ruidos. Atentos a cualquier oportunidad pero atentos.
Y así siguieron una semana más, el hastío de no poder entrar en combate empezaba a desesperar a los Salvajes de Dunland, pero Børgûnd había dado orden a sus dos Sargentos, Attïlha y Störgherson que cuidasen de que no hicieran tonterías.
Por fin, una mañana tras la luna llena, cuando el sol comenzaba a calentar, y cerca de unas ruinas bastante antiguas, por fin vieron algo interesante. Era un pequeño grupo de enanos.
Tras esconderse unos minutos tras unos setos estuvieron atentos a ver cuántos enanos formaban el grupo. Pasado ese tiempo comprobaron definitivamente que eran cinco los enanos que habían aparecido frente a ellos, y parecía que aún no los habían detectado. Había un enano pelirrojo y más fuerte, parecía dar órdenes a los demás, así que supusieron rápidamente que era el líder del grupo. A su lado casi siempre iba uno con un escudo azul, y además de esos había otros tres, dos con lanza y otro con ballesta.
TURNOS 1, 2 Y 3
La primera intención fue la de atacar por sorpresa, pero los Salvajes estaban demasiado excitados, e hicieron más ruido del pertinente, por lo que los enanos se dieron cuenta de su presencia y se agruparon con su líder Dain al frente. Sin embargo rápidamente éste ordenó a Balles-Tes, el enano con las ballesta, que se mantuviese un poco alejado y disparase.
Los Dunlendinos se acercan al cuarteto que se ha reunido en torno a un claro, cerca de un árbol alto. Balles-Tes sigue disparando, hasta que en el tercer intento acierta a darle a Jorgund, el único Dunlendino que lleva arco, y que recibe un flechazo en el pecho, muy cerca del corazón, y cae al suelo entre gritos de dolor y sin haber disparado si quiera.
Ante esta baja, y viendo que el enano ballestero ya ha acertado a uno de los suyos Børgûnd decide dividir el grupo en dos, se queda con Störgherson y dos de los Salvajes, uno que lleva una piel de lobo encima, Dötiir, y Göitiir. Mientras ordena a Attïlha que ataque junto a los otros dos Salvajes (Guantiir y Okindiir) al ballestero, no quiere más bajas antes de entrar al cuerpo a cuerpo, no puede permitirse más bajas y perder la tan importante ventaja numérica.
TURNOS 4 y 5
Viendo el movimiento táctico de Børgûnd el líder enano, Dain, decide reagruparse junto al árbol, les puede dar un poco de ayuda y cobertura a Balles-Tes para que siga eliminando enemigos. Si bien falla en sus dos siguientes intentos, los Dunlendinos se acercan al grupo enano enardecidos y gritando con las armas prestas para la lucha.
TURNO 6
Cuando se produce el choque de los contingentes, la avanzadilla Dunlendina rodea al líder enemigo, Børgûnd tiene claro que acabando con el pelirrojo el resto puede ser pan comido, y Attïlha, Störgherson y Okondiir, un Salvaje con piel de oso por encima y que es su única protección, rodean al bravo líder enano. Mientras Guantiir se lanza sobre Piggy, un enano de las Colinas de Hierro con lanza y escudo en el que muestra el emblema de su casa, un cerdo sobre fondo sangriento. Cuando Dain se siente rodeado grita y a su señal tanto Balles-Tes como el otro Enano de las Colinas de Hierro, El Señor de las Águilas, con su escudo correspondiente, se lanzan contra el de la piel de oso. Børgûnd, Goïrtiir y Dötiir corren para atacarlos por la espalda.
(Balles-Tes gasta un punto de poder para atacar primero, y lo logra, a pesar de que Störgherson también lo gasta, pero el desempate se lo llevan los enanos, que golpean primero). A pesar de estar rodeado y sorprendido por la aparición de Balles-Tes y El Señor de las Águilas Okondiir consigue repeler su primer ataque y lanza un tajo con su espada que no hace blanco en ninguno de los enanos, que logran agacharse a tiempo.
Junto a ellos Murin y Störgherson se desafían con sus armas, el fiero enano logra abatir al gigantesco Dunlendino, pero no acierta a rematarlo (Gana el combate heróico que declaró el Dunlendino, e incluso lo hiere, pero éste se salva con la tirada de Destino).
También Dain y Børgûnd están luchando, y es el hombre el que logra imponerse, tirando al suelo al pelirrojo, (Los dados dan un 1 y un 2 para la oscuridad, ambos gastan un punto de poder para subir sus dados), pero ya abatido el rival no consigue rebanarle el cuello como intenta con su espada (Saca un 5, cuando hería con el 6), Dain consigue a duras penas evitar el tajo mortal.
Aún hay un combate más, entre Guantiir y Balles-Tes, en el que el enano, imitando a su líder, logra evitar la muerte muy a pesar de las intenciones del humano (Otro 5 para herir evitan la masacre).
TURNO 7
Attïlha enardecido por la oportunidad perdida de acabar con el enano pelirrojo se lanza a por él, (Gasta el punto de poder para hacer un movimiento heróico) con la ayuda de Børgûnd, que por fin llega a la refriega, ambos se disponen a plantar cara al líder enemigo, pero las prisas no son buenas, y ni Børgûnd ni Attïlha aciertan a rematar a Dain, que se rehace y lanza un tajo sobre el cuerpo de Børgûnd que casi lo parte por la mitad (Dain gana el combate a pesar de estar rodeado, para luego herir a Børgûnd, que gasta con acierto su punto de Destino y sobrevive), los dos Dunlendinos retroceden impresionados por la determinación de Dain.
A su lado Störgherson, Goírtiir y Dotiir se lanzan sobre El Señor de las Águilas, que se ve rodeado y es derribado bajo el poderoso martillo que porta Störgherson, brota sangre de la herida y el enano cae al suelo. Los tres hombres se miran y gritan por el resultado de su ataque.
Guantiir logra imponerse de nuevo a Piggy, pero una vez más no está hábil a la hora de rematar al enemigo en el suelo, y el valeroso enano se vuelve a levanta un poco aturdido por el golpe recibido.
TURNO 8
Los enanos han logrado repeler a sus rivales y lejos de amedrentarse o huir, resisten una nueva embestida de las tropas de la oscuridad (La oscuridad gana la iniciativa), que ataca con fiereza.
Dain se ve otra vez rodeado de enemigos y sin embargo consigue zafarse de ellos (A pesar de estar rodeado gana el combate, aunque no hiere), mientras tanto escucha vítores a su alrededor, y es que el momento es propicio para los enanos: Murin que no había conseguido acabar con el Salvaje con piel de oso, se ve amenazado por un forzudo que lleva una maza ensangrentada y viene gritando tras haber derribado a un compañero, pero lo para en seco y consigue clavarle su espada en el costado, cayendo entre gritos de dolor, Störgherson ha caído y Murin grita algo en su lengua para avisar a sus compañeros de su victoria.
Su grito llena de ardor a Piggy, que esta vez es el que lanza un tajo demoledor que acaba con Guantiir en el suelo, justo al lado de la cabeza de un lobo, y es que Balles-Tes ha conseguido matar a Dötiir, que yace en un charco de sangre (Sacará luego un 3 en la tabla de heridas, por lo que muere). Con las tres bajas y la moral recuperada parece que los enanos van a salir victoriosos de este envite a pesar de haber sufrido las iras de Dunland.
TURNO 9
Los Dunlendinos están sorprendidos por el devenir de la lucha, han estado al borde de acabar con los enemigos, pero los enanos se han repuesto y han acabado con tres hombres rápidamente, y ahora son los que los rodean. (La luz gana la iniciativa rodeando a los Dunlendinos).
Así Dain se enfrenta a Børgûnd y consigue herirle en una pierna, dejándolo en el suelo sangrando, a su lado también ha caído Goïtiir bajo la espada de Murin, solo Piggy, que se ha enfrentado directamente con Attïlha deja al rival con vida, no sin antes repeler un poderoso tajo del humano.
En ese momento se escucha movimiento de tropa cerca, y los enanos deciden replegarse, dejando a los Dunlendinos tirados en el suelo y sangrando, y a Attïlha de rodillas resoplando.
Al menos esta vez no habrá victoria de Dunland, y las huestes de la oscuridad ya saben que hay unos enanos duros de pelar por la zona.
Las minis son una pasada. Enhorabuena!