EL DESAFÍO 2024. DICIEMBRE. FINAL

Y claro, hay que mostrar el trabajo hecho.
Por favor, una foto con todas las miniaturas juntas, y luego cuantas queráis de vuestro trabajo, son importantes de cara a que se pueden valorar correctamente.

Fotos finales de los orcos:

Desde Khand, el Caudillo a pie y a caballo, y el Rey a pie y en carro.

Fotos de frente y con algo de picado, por delante y por detrás.






Las dos versiones del Caudillo. , por delante y por detrás.









Y las dos del Rey.

Compañía acabada, he cumplido este mes también, así que solo he fallado en octubre, mi mes negro como casi siempre.



Compañía de 8 Orcos de Mordor, concretamente hay cinco arqueros de Mordor, uno con espada y escudo y otros dos con lanza y escudo.




Aunque suelo conversionar las miniaturas, en esta ocasión creo que han sido unas conversiones demasiado sencillas, así que simplemente participaría por usar miniaturas de marcas alternativas, todas son impresas por mi impresor de confianza, Liberto Studio, y esculpidas por Khurzluk Miniatures, de la gama de la Banda Orca de Wazgut, y una mini de otra marca que tenía aquí y ahora no encuentro la marca, las cosas...



Como he dicho en cuanto a conversiones solo he cambiado algunas cabezas que no me gustaban mucho por otras que tengo de sobrantes y meterle escudos a los que no llevan arco, bueno, y al de marca desconocida también.


Y por último un poco de trasfondo para mi última compañía de 2024.


La Flecha Oscura

La neblina de la mañana cubría el suelo como una manta de sombras, mientras los ecos de la guerra retumbaban a lo lejos. En las montañas que formaban la frontera entre Mordor y las tierras desoladas del este, un grupo de orcos se encontraba en silencio, observando el horizonte. Su líder, Khulong, un orco de piel verdosa y mirada penetrante, les observaba con atención, sabía perfectamente el estado de su compañía, cansados tras una dura noche en la que habían sido masacrados por los humanos, pero ahora tocaba venganza, y la se la iba a tomar ya.

Habían escuchado una avanzadilla que salía de la ciudad humana, y se estaban adentrando en el bosque, así que allí estaban ellos, escondidos y preparados para asaltarlos y eliminarlos.

Khulong no era como los demás orcos. Mientras la mayoría de su especie se destacaba por su brutalidad y tamaño, él sobresalía por su destreza con el arco y su astucia en el combate. Además su origen era un misterio para los otros orcos, y su físico hacía que algunos hablaran que era un orco de Moria, de las profundidades oscuras donde los orcos y enanos se habían enfrentado en el pasado, si bien tenía un tamaño mucho mayor a los otros orcos de Moria que habían llegado a esta zona. Sin embargo para su tropa el origen de Khulong importaba poco. Lo único que sabían era que su flecha nunca fallaba y sabía cómo conseguir la victoria, además de poner pies en polvorosa cuando era necesario, como la noche anterior, de no haber sido por su orden de replegarse todos arderían en las piras de fuego que habían hecho a la madrugada los Hombres de Gondor.

El sol estaba por ascender cuando Khulong alzó la mano, señalando a su banda que se preparara. Los orcos, todos expertos en el uso del arco largo, se agacharon rápidamente en la maleza, camuflándose entre los arbustos y las rocas. Cada uno ajustó su flecha, y la tensión creció en el aire. Sabían que el enemigo estaba cerca. Eran cuatro los orcos que acompañaban aún a Khulong, el resto del grupo al que fueron escoltando había perecido la noche anterior.




- ¿Cuántos pueden ser?- gruñó Kragh, un orco con cicatrices profundas en el rostro, que usaba un casco metálico con un mechó de pelo de wargo gris en la coronilla, un gran arquero, mientras observaba a través de un hueco entre las rocas.

- Tres o cuatro tal vez- , respondió Gruk, sin apartar los ojos del horizonte. "Y están distraídos. No saben que estamos aquí."

- ¿Atacamos ya Khulong?- preguntó Gruk, que era conocido por su impaciencia y su amor por la violencia, además de por su puntería, se puede decir que tras Khulong era el mejor arquero del grupo.

Khulong no respondió de inmediato. Su mente trabajaba a una velocidad inhumana, calculando cada detalle, cada ángulo, cada posible resultado. Finalmente, habló con voz grave:

- Un momento, no estoy seguro del todo. Esperemos un poco más, quiero verles la cara antes de atacarles.- Contestó sin pestañear, estaba escudriñando la espesura del bosque para verlos.

- Tranquilos, son nuestros.- Dijo poco después. – Son tres orcos, deben haberse escondido muy bien para seguir vivos.

En efecto, momentos después tres orcos con cara de muy cansados llegaban a la zona donde estaban emboscados los arqueros, un estrechamiento en el sendero que obligaba a todo caminante a rodear una gran piedra, impidiendo la visibilidad tras ella, ahí es donde estaban colocados todos para el ataque.

- Bienvenidos, subid con nostros.- Dijo Khulong poniéndose a la vista para evitar que los caminantes salieran huyendo.

- Gracias.- Dijo el que portaba una espada y un escudo. Vestía con ropa roja y llevaba un casco de cuero con adornos plateados.- Soy Juorg, y estos Bröng y Hozzog.- siguió mientras un orco de cara verde y rechoncha asentía cuando nombró al primero, y otro con casco de pinchos y escudo de madera decorado con el Ojo de Sauron cuando dijo el segundo. Ambos llevaban lanzas, y los tres parecían haber salido de un verdadero infierno.




Tras las presentaciones, los tres recién llegados les dijeron que los estaban siguiendo un grupo reducido de humanos, les llevaban una ventaja de unos minutos, a lo que Khulong respondió que los atacarían, ya que habían dicho que eran como ocho o nueve solamente, así que volvieron a colocarse en posición de sorpresa, ahora con tres efectivos más, que se escondieron en el recodo que hacía luego el sendero al girar tras la piedra, un lugar más efectivo para atacar cuerpo a cuerpo.

Pronto comenzaron a escuchar pasos y algunos susurros a lo lejos, todos se apresuraron a tensar sus arcos con las las flechas de emplumado rojo y negro listas para disparar, a la señal de Khulong, claro.

Por fin los Hombres de Gondor llegaron al recodo, iban en silencio, en fila, con el que parecía el líder en segundo lugar, Khulong lo miró y comprobó que lo más sensato sería acabar primero con ese para crear más caos, y que el resto fuese a por los demás, eran unos ocho, si bien no se veía del todo la fila, pero no muchos más.

Esperó a que se acabara la fila, bien son 9, y entonces comenzó el ataque sorpresa.

La flecha de Khulong cruzó el aire, y en un destello de luz, alcanzó al líder de los exploradores, quien cayó al suelo sin un sonido. El grupo de Gondor reaccionó en segundos, pero ya era demasiado tarde. Las flechas orcas llovieron sobre ellos, atravesando carne y armadura con la misma facilidad con la que un cuchillo corta la tela. En apenas unos segundos habían caído cinco de los nueve, y los otros cuatro se miraban sin saber qué hacer, en ese momento los tres recién llegados salieron de su escondite para acabar con esos tres indecisos. El caos se desató rápidamente. Los orcos, con su incomparable destreza, se deslizaban entre las rocas y los árboles, disparando sin cesar. Khulong estaba en el centro de todo, como un espectro, dirigiendo el ataque con precisión mortal.

Juorg, que había estado esperando su oportunidad, corrió hacia uno de los enemigos, un joven explorador que intentaba escapar. El orco lo alcanzó en pocos segundos, lo derribó con un golpe brutal y le clavó su espada en el corazón. Mientras la sangre brotaba, el orco sonrió, disfrutando del trabajo sucio que siempre le había gustado.

Cuando el último explorador de Gondor cayó al suelo, el bosque quedó en un silencio sepulcral, roto solo por el eco distante de los gritos ahogados que ya se desvanecían. Khulong avanzó hacia el cuerpo del líder caído, inspeccionándolo con cuidado. Su flecha se había incrustado justo entre las placas de la armadura, atravesando el corazón con una precisión quirúrgica. No pudo evitar sentir un destello de orgullo, aunque efímero.

- Buen disparo.-, murmuró Juorg mientras limpiaba la sangre de su propia daga.

- Siempre lo es.-, respondió Khulong sin emoción, arrancando la flecha del cadáver. Observó el filo ennegrecido por el veneno que cubría cada una de sus flechas.- El veneno hizo su trabajo antes de que llegara el dolor. No sufrió mucho. Una lástima para él.

Juorg, que todavía lamía la hoja de su daga con un retorcido deleite, soltó una carcajada. - Demasiado rápido para mi gusto. Me gusta verlos retorcerse un poco más, sobre todo tras lo de anoche.

Khulong no respondió. Había una diferencia fundamental entre él y el resto, una que, aunque tácita, era imposible de ignorar. Mientras que Juorg y muchos otros orcos se deleitaban en la crueldad por placer, Khulong veía la violencia como un medio para un fin. La muerte era eficiente; no necesitaba adornos innecesarios.

- Recuperen las flechas y desháganse de los cuerpos, escóndanlos lejos del sendero, cuanto más tarden en darse cuenta que falta la avanzadilla, mejor para nosotros.- ordenó Khulong y sentenció con un sombrío:- No debemos dejar rastros.

Los orcos obedecieron rápidamente, moviéndose como una máquina bien aceitada. Cada uno sabía exactamente qué hacer: arrancar las flechas de los cadáveres, borrar las huellas en el suelo, y llevar los cuerpos hacia una grieta cercana donde quedarían ocultos.

Mientras trabajaban, Khulong se acercó a una roca que daba vista al valle más allá. Desde allí, podía ver el camino que los exploradores habían estado recorriendo. Era un camino poco transitado, un atajo que conectaba las fronteras de Gondor con las tierras desoladas. Una ruta peligrosa, pero necesaria para aquellos que buscaban moverse rápidamente. Seguramente sabían que algunos orcos habían escapado de la matanza del día anterior, y ahora se dedicaban a cazarlos como animales, pues estos nueve ya no cazarían más, pensó.

Desafío Diciembre 2024 :
Elrond y personalidades de Rivendel

Rivendel
Rivendel, también conocido como Imladris, fundado en el año 1697 de la Segunda Edad del Sol por Elrond, después de la Guerra de Sauron y los Elfos, es un hogar y refugio élfico, situado en un valle escondido en Eriador, al borde de las Montañas Nubladas. Fue fundado por Elrond, un medio elfo, y está protegido por encantamientos élficos, lo que lo convierte en un lugar de paz y sabiduría. Rivendel es famoso por su belleza natural, sus cantos y sus conocimientos ancestrales. Es conocido como "La Última Casa Acogedora al Este del Mar", sirviendo como un refugio seguro para elfos y viajeros cansados.

Elrond
En los vastos y antiguos tiempos de la Tierra Media, mucho antes de que el Anillo Único tomara protagonismo, vivía un ser extraordinario llamado Elrond. Nacido en una línea de sangre única, Elrond era hijo de Eärendil, el valiente marinero, y Elwing, de la estirpe de los elfos. Su herencia mixta le otorgaba la sabiduría y la gracia de los elfos, y la tenacidad de los humanos.

Elrond y su hermano Elros enfrentaron una elección trascendental: vivir eternamente como elfos o abrazar la mortalidad de los hombres. Elrond eligió la inmortalidad, mientras que Elros se convirtió en el primer rey de Númenor, una mítica tierra de hombres.

Durante la Segunda Edad del Sol, Elrond fundó un refugio secreto y encantado llamado Rivendel, escondido entre los valles de las Montañas Nubladas. Este lugar se convirtió en un bastión de paz y conocimiento, un refugio seguro para aquellos que buscaban alivio de los tiempos oscuros.
Elrond no solo era un gobernante y guardián de Rivendel, sino también un sabio y formidable guerrero. Participó en la Última Alianza de Elfos y Hombres, luchando contra Sauron en la épica batalla para salvar la Tierra Media.

En Rivendel, Elrond albergó a muchos viajeros y héroes. Uno de sus mayores legados fue la formación de la Compañía del Anillo, en la cual ayudó a Frodo y sus amigos a emprender su peligrosa misión para destruir el Anillo Único. Su hija, Arwen, también jugó un papel crucial al elegir una vida mortal por amor a Aragorn, el heredero de los reyes de los hombres.
Con su sabiduría profunda y su corazón noble, Elrond personificaba el equilibrio entre los mundos de los elfos y los humanos, sirviendo como un faro de esperanza y resistencia en los tiempos más oscuros de la Tierra Media.



Círdan
En los albores de la historia de la Tierra Media, cuando los elfos aún se despertaban a la maravilla del mundo, vivía Círdan, uno de los primeros y más antiguos de su raza. Nacido entre los Teleri, una de las tres grandes ramas de los elfos, Círdan era conocido por su sabiduría y su incomparable habilidad para construir barcos, una habilidad que le valió el nombre de "Carpintero de Barcos" en sindarin.

A lo largo de la Segunda y Tercera Edad del Sol, Círdan gobernó los Puertos Grises, situados en las costas occidentales de Eriador. Estos puertos eran el punto de partida hacia Valinor, la tierra de los Valar, en el lejano oeste. Aquí, Círdan construía los barcos que llevarían a los elfos hacia el último refugio, desempeñando un papel crucial en este viaje sagrado.

Círdan también custodiaba uno de los tres anillos élficos, Narya, el Anillo del Fuego, entregado originalmente por Gil-galad, el último Gran Rey de los Noldor. En un acto de gran sabiduría y visión, Círdan entregó este anillo a Gandalf cuando llegó a la Tierra Media, demostrando así su capacidad para ver más allá de las apariencias y reconocer el verdadero valor y propósito.
A lo largo de su vida, Círdan fue un aliado y consejero de muchos reyes y líderes en la lucha contra Sauron. Su profunda conexión con el mar y su conocimiento de los caminos hacia Valinor lo convirtieron en una figura clave en la historia de la Tierra Media.

Finalmente, al cierre de la Tercera Edad, Círdan, habiendo cumplido su deber, emprendió su propio viaje hacia el oeste, regresando a Valinor, dejando un legado de sabiduría, habilidad y lealtad que perduraría para siempre.



Erestor
En los antiguos salones de Rivendel, donde la sabiduría y la música se entrelazan en una danza eterna, vivía Erestor, uno de los consejeros más confiables de Elrond. Poco se sabe de sus orígenes, ya que su historia se oculta en los velos del tiempo, pero su presencia en Rivendel es una constante de lealtad y sabiduría.

Erestor llegó a ser uno de los pilares de la Casa de Elrond, brindando consejo en tiempos de paz y de guerra. Su aguda mente y su conocimiento de la historia y la política de la Tierra Media lo convirtieron en una figura invaluable durante las largas deliberaciones en Rivendel. Era conocido por su habilidad para analizar situaciones complejas y por su prudencia en la toma de decisiones.
Durante la gran Conferencia de Elrond, cuando los destinos de muchas razas colisionaron en la encrucijada del Anillo Único, Erestor propuso que el Anillo fuera llevado a Tom Bombadil para su custodia. Aunque su idea fue descartada, este acto reflejaba su deseo de encontrar soluciones pacíficas y seguras en tiempos de incertidumbre.

Erestor, con su corazón noble y su mente sagaz, representa a aquellos que, aunque no están en el centro de la acción, juegan un papel crucial en el trasfondo de los grandes eventos. En las tranquilas noches de Rivendel, se dice que su voz aún se une a los cantos élficos, un eco de sabiduría que perdura a través de las edades.



Lindir
En los pacíficos y resplandecientes salones de Rivendel, Lindir, un elfo amante de la música y la poesía, encontraba su lugar entre melodías eternas y versos antiguos. En una tarde dorada, mientras los cantos de los elfos llenaban el aire, Lindir se cruzó con Bilbo Bolsón, quien recitaba un poema. Intrigado por la belleza y la complejidad de las palabras, Lindir intentó discernir si el poema era obra de Bilbo o de Aragorn, reflejando así la profundidad del arte élfico.

Aunque su presencia era modesta, Lindir personificaba el espíritu artístico de Rivendel, un rincón donde la cultura y la belleza se entrelazaban en perfecta armonía. Su amor por las artes hizo de él una parte esencial de la Última Casa Acogedora, contribuyendo a la rica tapeza de la vida élfica.

Las fotos de la compañía
Grupo



Elrond









Círdan




Erestor




Lindir




Capitán Elfo




Portaestandarte






Portaestandarte #2





Espero que os guste!!!

Buenas!

Dejo foto de los jinetes acabados, apurando hasta el último día del año jeje

Al igual que los guardias reales del mes pasado, he intentado darle textura a los caballos para que tengan la sensación de pelaje, he añadido también un poco de detalle a los escudos, he utilizado NMM para los metálicos y una base con bastante hierba y tonos marrones. Pero los he diferenciado de los guardias reales en las capas, en vez de tirar de un verde intenso e iluminar hacia amarillo lo he hecho con un tono amarronado e iluminando a un verde más pastel, para dar la sensación de que es una tropa irregular formada por campesinos más que una tropa de élite.

Espero que os gusten, nos vemos en el reto del año que viene!

Feliz Año gente!!!

Guardia Portuaria del ejército de Umbar

Propagadores del Culto del ejército de Umbar

Entrego antes de las uvas. Tropas de Minas Tirith de Davale. El que hace de Denethor también es impreso en 3D de Davale Games. Marca alternativa para el desafío personalizado.


La pintura sigue el esquema hecho en anteriores ocasiones, metal no metálico, marrones y verdes. El Senescal lleva una llamativa antorcha que le ilumina desde el suelo.

Os dejo con las fotos finales de mi compañía, ¡Que alegria acabar eñ año pudiendo participar en el Desafío!

Feliz Año y enhorabuena a todos los participantes de diciembre, por temas de tiempo, no pude terminar la compañía, la pospongo para enero 2025

Enhorabuena a todas las compañías! Unos currazos chulisimos!!

Estos son los participantes de este último mes de la temporada de 2024...




Y en El Desafío Personalizado tres más...