Os pongo el comentario, extraido de:
http://www.ccapitalia.net/ngc/critica/literatura/sergiollamas/hieloyfuego.pdf
ya que me parece muy acertado.
Los maestros de ajedrez conocen de memoria las claves de una buena
apertura, igual que los grandes cocineros son capaces de retener en su cabeza centenares de recetas.
Un buen pianista puede teclear en el aire los acordes más difíciles y algunos fotógrafos te dirán la intensidad de luz que hay en una habitación sin necesidad de sacar el fotómetro, pero no creo, sin embargo, que exista ningún escritor que maneje como lo hace Martin los ingredientes capaces de mantener el suspense de una buena intriga, la colorida ambientación de una novela histórica o la riqueza de matices de una saga fantástica. No creo que haya nadie más capaz de inventar unos personajes tan creíbles, y al mismo tiempo tan extraordinarios que cada pérdida se hace cercana, cada alegría parezca propia y cada traición nos hiera.
“Canción de fuego y hielo” es una saga que crece en extensión con los años, igual que su fama va aumentando más con el boca a boca, a medida que se publican nuevas entregas. Originalmente planteada como una trilogía, los personajes creados por Martin han ido tramando su propia historia, rompiendo incluso las barreras de lo planificado por el autor, en una serie de conjuras, amores, venganzas y traiciones que han convertido a la saga en un fenómeno imparable.
Ya resulta difícil encontrar algunos de los primeros libros, a pesar de que “Juego de Tronos” anda ya por su 4ª edición.
Las claves de su éxito son difíciles de analizar, ya que el tema que toca es tan antiguo como las primeras historias de los hombres. Tomando como punto de partida la Guerra de las Dos Rosas (entre los Lancaster y los York; Lannister y Stark en la saga) poco a poco Martin va creando su propio mito que, aunque todavía suena exagerado, amenaza con alcanzar la epopeya creada por Tolkien. De hecho, tendríamos que abordar títulos ya clásicos de las sagas fantásticas como Dune de Frank Herbert, o Wheel of Time de Robert Jordan para comprender el peso de “Canción de hielo y fuego”.
Seguramente si algo caracteriza a estos libros es la forma de narrar que tiene Martin y que nos arrastra por el libro a un ritmo vertiginoso. A pesar del mamotreto de 790 páginas que componía el primer volumen, o las 920 del segundo (por no hablar del tercero publicado en dos tomos conjuntos de más de 500 páginas cada uno) el lector verá pasar las páginas sin ser verdaderamente consciente de lo mucho que avanza la historia hasta que se cierra y se medita sobre lo leído. Y es que “Canción de hielo y fuego” está narrado como una novela coral, en la que no existe un protagonista, sino muchos. Martin se vale de una tercera persona, no omnisciente sino totalmente subjetiva, que nos va narrando distintas porciones de historia de una forma cercana y creíble, en la que todos los personajes parecen tener la razón, en algún momento, mientras que se ponen de manifiesto, en otros, las malas intenciones de los mismos.
Hasta el apuntador
Y es que en “Canción de hielo y fuego” no hay nada seguro. El mismo personaje que nos inspiraba simpatía al principio pasará a convertirse en el más odiado, igual que alguien que podía parecernos antagonista se convertirá en nuestro más ferviente aliado. Pero sobre todo, lo que más satisface y al mismo tiempo hace padecer a sus seguidores es la facilidad con que Martin lleva a cabo un cambio en la trama. Uno de los comentarios más repetidos acerca de las novelas es que en ellas muere hasta el apuntador, lo que no ha desmentido el propio Martin quien anuncia socarrón acerca de la última novela que, puesto que no le quedarán personajes, hablará de cómo cae la nieve sobre su lápida.
También destaca de esta saga que parte de la premisa contraria a la mayoría de historias fantásticas, puesto que en el mundo de Martin, la magia no está desapareciendo, sino que cobra fuerza de nuevo, y se nos presenta cada vez como algo más inmediato. La historia arranca con la visita del Rey Robert a su amigo Ned, quien es también Señor de de Invernalia, la tierra más al norte de los Siete Reinos donde también se alza el Muro.
Este Muro, una pared de hielo de cientos de metros de altura, separa el mundo conocido de la tierra salvaje del otro lado en la que no existen reyes y donde Los Otros (unos seres fantásticos y desconocidos que se nos irán desvelando a medida que avanza la historia) recuperan fuerzas tras miles de años de letargo.
La única pega que se le puede achacar a “Canción de hielo y fuego” es que quienes empiezan a leerla deberán armarse de paciencia. En los foros dedicados a hablar de la misma, el cálculo que parece cobrar más fuerza sitúa el final de la historia para pasado el 2010 y el hecho de que estemos hablando de una editorial pequeña como es Gigamesh hace que la traducción tarde en ocasiones más de un año.
De momento los incondicionales de la saga devoran el avance de cuatro capítulos que la editorial lanzó para el día del libro “Hijos del Kraken”, pero cuesta olvidar que “Tormenta de Espadas”, la tercera entrega, tomó en España el apodo de Tormento de espera.
En otras cuestiones la editorial ha realizado una labor encomiable. La edición de los libros está cuidada, la traductora hace una gran labor, e incluso las portadas de Corominas son dignas de mención. Sobre todo es de agradecer la publicación conjunta de los dos tomos que componen “Tormenta de Espadas”. Todo hace pensar que, igual que los fans se han dado cuenta de estar asistiendo al nacimiento de un clásico, la editorial es consciente de lo que tiene entre manos.
Un juego de mesa, otro de cartas e incluso un juego de rol son algunos de los productos que avalan el éxito de esta saga, que al principio parecía condenada al fracaso. De hecho, en su página web
http://www.georgerrmartin.com
el autor vende algunos de los ejemplares de la primera novela que le fueron devueltos cuando parecía que la saga no iba a gozar de demasiado éxito. Eso sí, esta primera edición se cobra ahora por unos 500 dólares.<br><br>Mensaje editado por: Merry, el: 2006/12/26 04:03