Tras largas leguas recorridas desde la Puerte Este de Moria hasta Cuernavilla, 15.000 Orcos de las minas de Mithril llegan por fin a la fortaleza del Rey Théoden de Rohan. Incluso habiendo perdido unos 1.000 efectivos cuando pasaron por el Reino de Galadriel, los pasos ágiles de los cansados Orcos hacen que los valientes Guerreros de la Marca y los trescientos Elfos de Lothlórien piensen en que seguramente no volverán a ver salir la luz del Sol.
Desde las murallas inferiores, Aragorn, hijo de Arathorn, comanda con ayuda de Haldir a los Elfos, y en las murallas de Cuernavilla, el Rey Théoden ve atónito como la marea Orca empieza a postrarse bajo el Abismo de Helm, fortaleza que antaño les había salvado de finales desastrosos.

Antes de la que seguramente sería una carga continuada y agotadora por parte de lo Orcos, Aragorn pronuncia unas palabras:

- ¡A Eruchîn, ú-dano i faelas a hyn, an uben tanatha le faelas!-

Tras esto, el Heredero de Isildur baja la vista, ya que los Orcos están ahí y entre ellos se pronuncian palabras, cosas que el Montaraz no puede descifrar. Al observar que los patizumbos Orcos comienzan a moverse en dirección al muro, Aragorn ordena a los Elfos prepararse para el ataque:

-¡¡Tangado a chadad!!-
Y las hermosas flechas élficas suenan al tensarse.

-¡¡Tensaaaaaaad!!-
Y los robustos arcos de Rohan comienzan a doblarse.

De repente, un sonido áspero y grave da un grito, sin duda se trata de Durbûrz, un gran Orco de piel oscura que bebe la sangre de los cadáveres que rebana, Rey de los Orcos de Moria, que ha decidido venir personalmente para ver como el Reino de Rohan cae. Tras un grito al unísono de ¡Ruarrrr! comienza el ataque al Abismo de Helm:

-¡¡¡Hado i philinn!!!-
-¡¡¡Disparaaaaaaad!!!-

Cientos de flechas salen despedidas de Helm, y muchos son los Orcos que caen bajo ellas, pero eso no los detiene.
Junto a Legolas, Gimli, Hijo de Glóin, espera a que los enemigos caigan sobré él:

-¿¿¿Dónde diablos se han metido???-pregunta el Enano.
-¡No tardarás en verlos!,mi impaciente compañero-Responde el Elfo.
-¡Espadas,espadas!-se oye decir a Aragorn.
Gimli mira a Legolas:
-¡Jaaaaaaa!-
El Enano se alegra, ya que ahora empiezan a asomar los patizumbos Orcos:

-¡Ahí están!-Dice Legolas tensando dos flechas en su arco que rápidamente quedan ensartadas en las gargantas de dos Orcos que acababan de subir.
No muy lejos,Aragorn y Haldir atravesaban con sus espadas a cinco Orcos.
Mientras tanto, en Cuernavilla la acción era menor, ya que los súbditos de Durbûrz tardaban más en llegar.
Los Hombres de Rohan luchaban con valentía, y aprovechaban la muralla para defenderse antes de entrar en combate cuerpo a cuerpo.
En lo más alto, el Rey Théoden ordenaba a sus guerreros que no dejaran a los Orcos pisar Cuernavilla:

-Pronto tendremos que bajar a ayudar,Gameling,no resistiremos mucho tiempo si toman Cuernavilla-Dice Théoden de Rohan.

-Sus valientes guerreros lucharán hasta la muerte por vos,mi Señor-Responde Gameling el Viejo.


-¡Son demasiados!, nunca pensé que mi hacha no tendría suficiente para tantos pescuezos de Orcos-Grita Gimli,que ya tiene en su haber dos docenas de Orcos literalmente "cortados".

-¡Pues baja hacia el llano!,ahí podrás descansar, hay menos intensidad-Responde el Elfo.

-¿Y dejarte a tí aquí con tantos Orcos que cortar?...,¿Será que no puedes eliminar tantos como yo y buscas que te de ventaja?-Dice el Enano ensartando su Hacha en el pecho de otro Orco.

-¿Ventaja?,he agotado treinta flechas,y no he fallado ninguna-Vuelve a responder el Elfo con una sonrisa.


-¡Aragorn!, ¡no resistiremos mucho más!,por cada dos que caen,asoman cuatro por las murallas-Dice la voz de Haldir perdida entre la marea de Orcos caídos.

-¡Lo sé!, pero como perdamos el llano no habrá defensa para Cuernavilla...¡y el Abismo caerá!-Responde el Montaraz.

-¡Tienes razón!...,es solo que mis hombres están callendo...-dice el Elfo con tristeza.

El Montaraz se acerca y apoya su mano en el hombro de Haldir,...-Tarde o temprano todos moriremos,entonces... ¿Por qué no morir por algo en lo que creemos?-

-¿Y en qué creemos Aragorn?-Pregunta Haldir.

-En la libertad-.Termina diciendo el Montaraz.

Mientras tanto, en Cuernavilla, el Rey y sus hombres están ya trabados en combate con el enemigo, pocos Orcos han llegado, pero el Rey contempla como dos grandes figuras se acercan a las puertas inferiores, más altas y corpulentas que los hombres, y cargan con poderosas mazas:

-¡¡¡Trooooolls!!!-Grita Gameling.

-¡A las puertas!-Dice el Rey.

Los Trolls no tardan en llegar a las puertas y empiezan a golpearlas.
En las murallas, Aragorn ordena a los Elfos disparar contra las bestias, pero muchos escudos rodean a los Trolls, que por cada ráfaga solo reciben una flecha que les duele como si un alfiler se clava en un hombre.

-¡Las puertas no resistirán!-Dice Gimli.

-Acompáñame,y tendremos uno para cada uno-contesta el Elfo.

-¿y a qué esperamos?-dice Gimli corriendo detrás de Legolas.

No muy lejos, Aragorn sigue cortanto cabezas, pero no se ha percatado de que Haldir, antes a su lado, ha sido rodeado por séis Orcos:

-Vámos,¡¡atacad!!-Grita el Elfo.

-Durbûrz os envía recuerdos, no volverás a caminar por asquerosos y repugnantes bosques, Elfo.-Contesta el más grande de los Orcos,
-¡¡Atacad!!-
Los Orcos saltan sobre Haldir, el Elfo logra evitar a dos de ellos y provocarles cortes en el costado, pero el tercero logra golpearlo en el hombro, el dolor le hace tambalear y finalmente caer. Ya vencido, Haldir cierra los ojos para no contemplar como un daga negra se clava en su pecho.
Cuando Aragorn se percata en el paradero y el destino de Haldir, lanza un grito y rápidamente los Orcos caen atravesados por algunas flechas.
Aragorn llega hasta el cuerpo sin vida del Elfo, y dice:
-Que tu alma descanse en paz,amigo-Y se vuelve para lanzarse contra otros Orcos que acababan de llegar hasta las murallas.

En Cuernavilla los Trolls ya han derribado las puertas, y la marea de Orcos entra ya como una exalación en la fortaleza:

-¡Ahí llegan los Trolls, Legolas!-Dice Gimli,que ya está al lado del Rey y de Gameling.

-Mis dos últimas flechas...,¡y no pienso desperdiciarlas!-Dice el Elfo tensándolas en el arco.

Uno de los Trolls carga contra el grupo en el que está el Rey, pero el hijo de Thranduil suelta a tiempo las flechas, una le alcanza la garganta y la otra se clava justo entre los dos ojos de la bestia. El Troll lanza un grito de dolor y cae justo encima de los Orcos que entraban por la puerta, taponando la entrada.

-Ummm...¡No está mal!, pero,¿y el otro?-Dice Gimli.

-¡Ahí está!,¡y parece más grande que el otro!-contesta el Elfo,que ya tiene desenvainadas sus dos dagas.

-¿¡Más grande!?, ¡entonces más satisfacción para mi hacha!- Grita el Enano que carga contra el Troll, este suelta un golpe con su maza,pero no llega a alcanzar al Enano que echa mano de su cinto cojiendo una pequeña hacha...:

-¡Ahí va!-Grita Gimli.

El Troll lanza un grito,ya que la pequeña hacha se ha clavado justo en su mejilla, pero ahora, furioso, carga contra el Enano:

-¡Ohhhhh!-Dice Gimli.

El Troll descarga su maza pero en ese momento cinco flechas le atraviesan el pecho, se trata de Aragorn que ha llegado con ayuda del grupo superviviente de Elfos:

-¡¡¡Ahora Gimli!!!-Grita Legolas.

-¡¡Está hecho!!,¡¡¡jaaaaaaaa!!-Responde el Enano.

El Troll finalmente cae rematado por el poderoso hacha de gimli, que le ha seccionado una parte del pie, y termina cayendo.

-¡¡¡Volvamos!!!, ¡¡¡Aprisa!!!, ¡¡¡Todos a las Cavernas!!!-Dice Gameling.

El grupo de héroes se vuelve y sigue al Rey de la Marca que ha dado la orden de retirada, pero los Orcos llegan en masa y llegar a la entrada de las cavernas es una tarea complicada. De repente, fuera de la fortaleza se oyen tambores...:

-¿Qué catástrofe cae ahora sobre nosotros?-Pregunta Gimli dándose la vuelta.

-Durbûrz entra en batalla...-Responde Aragorn.

La imagen para los defensores del Abismo era escalofriante, un grupo de por lo menos un centenar de grandes Orcos acompañado de séis Trolls se habría paso hacia las Puertas, abiertas ya de par en par. Entre ellos avanzaba Durbûrz, que impaciente, había decido mandar su Guardia Personal a la batalla.
Los nervios del grupo superviviente de Humanos y Elfos no tardan en hacer efecto:

-Esto es el final, ya no quedan casi defensores, el último informe dice que ya no hay ni doscientos para evitar perder Cuernavilla, el llano y las murallas inferiores ya han caído...y por doquier ahí abajo quedan todavía unos 13.000 Orcos, quizá más, éste es el final de Rohan...-Dice Gameling, que ya desanimado y con una brecha en la ceja lanza un venablo a la marea Orca.

-Pero todavía nos queda valor...¡y el honor!, llevamos luchando toda la noche y en ningún momento he pensado que Rohan se rendiría, no haga que Haldir y casi toda su compañía haya dado su vida por nada-Responde Aragorn.

-Y según vos Mi Señor Aragorn... ¿Cuál es la causa de que luchemos?-Pregunta el Rey Théoden.

-¿Causa?,que le parece todas las mujeres y los niños que esperan a que su Rey los salve...-Dice de nuevo Aragorn.

-........-

De repente una luz parece iluminar al Rey, que alza a Herugrim, y con una voz que antaño afligía a los enemigos más valientes grita:

-¡¡¡A mí Guerreros de Rohan!!!, ¡¡Saruman quiere nuestro Reino!!, ¡¡y estos seres vuestra carne!!..., pero antes de que consigan lo que se proponen ¡¡¡muchos de ellos quedarán sepultados en el Abismo!!!..., ¡¡¡Ataquemos con todo hasta morirrr!!!-
Los Guerreros de Rohan responden al unísono:
-¡¡¡Por Rohannnnnn!!!-

-¡¡¡Herio!!!-Dice Aragorn a la veintena de Elfos supervivientes.

El sonido de los tambores Orcos coincide con la carga de los defensores de Helm, cuando llegan a la puerta ven horrorizados como los Trolls entran en la fortaleza, pero eso no los detiene:

-¡Aaaaaaargh!, ¡¡venid a mí!!, ¡¡¡venid a mí!!!-Grita Gimli mientras le corta la cabeza a un Orco.

-Esto me recuerda a Moria-Dice Legolas,que con un movimiento veloz corta el cuello a un Orco, y que acto seguido remata.

Gameling, siempre cerca del Rey, ve como un Troll se acerca a Su Señor:

-¡¡¡Por el Rey!!!-

Gameling se enfrenta al Troll, al que hace profundos cortes en el abdomen, pero en un acto reflejo el Troll descarga su maza,que alcanza al Guerrero en el pecho...:

-¡¡¡Gameling!!!-Grita el Rey,que no puede hacer nada ya que la fuerza del Troll ha aplastado el cuerpo del Guardia Real.

De repente el sonido de los tambores se oyen más cerca, y entra en la fortaleza un Orco, pero no uno normal, es más grande incluso que los de la Guardia del Rey de Moria, casi de la talla del mismísmo Durbûrz:

-¡¡Creíaiss que nuestrro Rrrey iba a perderr tiempo con vostross!!, ¡¡¡Moridd ahorrra!!!-
Esas fueron las primeras palabras del Chaman de Moria, que armado con un bastón y una pequeña daga acabó con el último de los Elfos que enviara Lórien. Tras él entraron arqueros patizumbos, que hicieron retroceder a los defensores de Cuernavilla.

Mientras tanto,algunos Orcos empezaban a llegar a las Cavernas Centelleantes, tal era la creencia de las criaturas de Moria en un festín, que no se dieron cuenta de que una hermosa espada les atravesaba el pecho..., sin duda se trataba de Éowyn, Doncella de Rohan, que lucharía hasta la muerte por defender a las horrorizadas mujeres y niños.

El batallón dirigido por el Chamán de Moria estaba conquistado el último bastión del Abismo de Helm, Cuernavilla:

-¡¡Hay que acabar con ese Chamán!!!-Dice Gimli.
-¡Acércate!, ¡¡acércate!!, ¡¡¡Vamos!!!-Gimli lanza otra de sus pequeñas pero mortales hachas que se clava profundamente en el casco del Chamán, el casco se parte en dos y se ve como la hoja está ensartada en la frente del Mago de Durbûrz, que cae sin saber que es lo que ha podido ocurrir:

-¡¡Buena puntería!!-Le dice Legolas.

Aragorn y Théoden luchan codo con codo, en éste punto de la batalla ya no importa ser el Rey o un Campesino, ya han caído todos los Elfos, y la fuerza de los Hombres empieza a flaquear en su totalidad:

-¡No resistiremos Aragorn!,¡tendremos que reitrarnos a las Cavernas!-Dice el Rey.

-¡Legolas!,¡Gimli!,¡¡a las Cavernas!!-les dice Aragorn.

-¿¡Qué!?,¿ahorra?-Responde Gimli acabando con otro Orco.

-¡Vamos Gimli!-Dice el Elfo.

Théoden no puede evitar mirar hacia atrás mientras avanza hacia las cavernas, y ve como los Orcos y los Trolls ya entran en Cuernavilla sin ninguna oposición. En ese momento el Rey nota un dolor en el hombro, se trata de una perdida flecha Orca que le ha alcanzado, con enfado se la arranca y la parte:
-¡¡A las cavernas!!-termina diciendo Théoden.

Cuando llegan a las Cavernas se topan con algunos Orcos caídos y Eowyn en la entrada dispuesta a enfrentarse con más.
Ella sonríe al ver que su Tío,Aragorn,Legolas y Gimli están vivos.
En la entrada se plantan los arqueros de Rohan, y entre ellos está Legolas, al que consideran como a un auténtico Guerrero.
Mientras, en el interior de las Cavernas, Éowyn cura la herida del hombro de Théoden:

-En cuanto lleguen los Trolls, no podremos evitar que entren, y entonces Saruman obtendrá la victoria..., ¡Preparad la marcha a través de las montañas!, ¡provocar una barricada en la entrada!-Ordena el Rey.
-¡Sí Rey Théoden!-

En seguida una barricada bloquea la entrada:
-¡¡Avanzad rápido!!-Vuelve a ordenar el Rey.

-¡Gimli!, ¡Legolas!,¡avanzad vosotros primero!, no hay nada como el saber de un Enano y la agilidad de un Elfo en las Cavenas-Dice Aragorn.

La marcha se inicia poco antes del amanecer, y la barricada soporta las embestidas de los Trolls.


Con la primera luz del alba unos cuernos suenan en el horizonte, entre los rayos del Sol se alcanza ver a Gandalf cabalgando a lomos de Sombragrís y a Éomer, Mariscal de la Marca, montado en Piés de Fuego.
La escena que ven los hunde en el desánimo, el Abismo de Helm ha sido tomado por el Ejército de Moria y no hay rastro del Rey ni de Aragorn, sólo alcanza a ver la vista a los cuerpos mutilados de los defensores de Helm que ya han empezado a ser devorados por los salvajes Orcos:

-¡Hemos llegado tarde!, ¡maldigo a Saruman y a Isengard!-Dice Éomer.

-¡No desesperes aún Éomer, hijo de Éomund!, algo me dice que el Rey ha optado por retirarse al Paso de Montaña. Han sitiado y conquistado Cuernavilla, pero no es tarde para reconquistarla-Contesta el Mago Blanco.

Éomer desenvaina a Gúthwinë, y con la voz de un auténtico Señor de Rohan grita:

-¡¡Hoy Saruman creía que Rohan caería frente a él!!, pero no contaba... ¡¡con la aparición de los Éored!!, ¡¡¡por el Rey!!!, ¡¡¡jaaaaa!!!-

Los jinetes de Éomer bajan la colina como una tormenta y caen sobre el enemigo como un rayo, ni los Orcos ni los Troll pueden detener el avance de los 3.000 Éored que furiosos, empiezan a hacer retrodecer a la marea Orca.
Éomer avanza hasta que un Troll hace perder el equilibrio a Piés de Fuego, que cae al suelo arrojando a Éomer cerca de las Puertas. Allí, el Mariscal observa al gran Orco, Durbûrz desenvaina una basta espada oxidada y ataca a Éomer, tras un cambio de estocadas Durbûrz desarma al Mariscal. El Rey de los Orcos suelta una descarga de su espada que Éomer evita con un movimiento de su escudo, este se parte en dos y el Guerrero de Rohan se tambalea y cae, cuando el Orco va a dar el golpe mortal Éomer logra hacerse con una lanza y se la consigue clavar en el pecho, la lanza le atraviesa de lado a lado y Durbûrz muere.

Con su Rey muerto y el sol quemándoles la piel, los Orcos sueltan alaridos y empiezan a retirarse, los Trolls caen bajo las descargas de flechas.

Tan intensa ha sido la carga de los Rohirrims que los Orcos no se han percatado de que un bosque ha nacido en el Valle de la Fortaleza, allí empiezan a llegar y a morir. Gandalf ordena no acercarse a los árboles, pues se puede observar como los Orcos caen partidos por la mitad:

-Lo Ucornos vengan a sus compañeros asesinados en Isengard, algo que sin duda beneficia a Rohan-Dice Gandalf, que está rodeado por una multitud de Orcos atravesados por Glamdring.

Más tarde avisados por exploradores del Rey, el grupo que avanzaba hacia el Paso de Montaña vuelve a Cuernavilla, que ha sido liberada por fín.



Undrin.