Relato

La historia cuenta que un mediano llegó a Imladris, el Valle Oculto de los Elfos, para poner el Anillo Único a salvo. Tras recuperarse de la herida sufrida en Amon-Sul, Frodo despertó,y un viejo conocido le dijo que habría un Concilio Secreto.

En un precioso patio bañado por la luz dorada de los días en Rivendel, el Maestro Elrond convocó a los elegidos de las razas de la Tierra Media para sacar conclusiones sobre el Daño de Isildur.
Allí, sentados ante dicho daño, no solo se hallaban Elfos; Hombres, Enanos, Medianos, Magos... todos habían acudido a la llamada desesperada de la Tierra, para que el Bien no cediera ante la Oscuridad de Mordor.

Elrond el Medio Elfo reconoció a los presentes:

-Del Reino de nuestros parientes de Caras Galadon llega Haldir. la Dama del Bosque dijo que enviaría a su mejor guerrero, y veo que así ha sido...



La historia cuenta que un mediano llegó a Imladris, el Valle Oculto de los Elfos, para poner el Anillo Único a salvo. Tras recuperarse de la herida sufrida en Amon-Sul, Frodo despertó,y un viejo conocido le dijo que habría un Concilio Secreto.

En un precioso patio bañado por la luz dorada de los días en Rivendel, el Maestro Elrond convocó a los elegidos de las razas de la Tierra Media para sacar conclusiones sobre el Daño de Isildur.
Allí, sentados ante dicho daño, no solo se hallaban Elfos; Hombres, Enanos, Medianos, Magos... todos habían acudido a la llamada desesperada de la Tierra, para que el Bien no cediera ante la Oscuridad de Mordor.

Elrond el Medio Elfo reconoció a los presentes:

-Del Reino de nuestros parientes de Caras Galadon llega Haldir. la Dama del Bosque dijo que enviaría a su mejor guerrero, y veo que así ha sido.Y con él está Legolas, hijo de Thranduil señor del Bosque Negro.
De Rohan, el país de los Caballos, tenemos a Erkerbrand, señor del Folde Oeste y de Cuernavilla. En el Paso de Rohan se cruzó con el enviado de Minas Tirith, os presento a Faramir, hijo del actual Senescal de Gondor.
Desde Erebor llegan Glóin y su hijo Gimli, enviados para representar a los Enanos en el Concilio.
Los demás seáis o no de éstas Tierras, el momento de vuestra presentación ya llegará.-

Tras esto todos se levantaron e hicieron una reverencia.Y de nuevo,El señor de Imladris comenzó a hablar:

-Debemos considerar esta amenaza como una urgencia, pues todos estamos ligados al destino del Anillo, si el Señor Oscuro recuperara su arma más mortífera, todos los Pueblos Libres serían erradicados.-

-Es por eso por lo que tendríamos que utilizar el Anillo contra él, Gondor lo utilizaría para destruir a su creador, y para devolver el orgullo y el valor a los Hombres.- Interrumpió Faramir.
-No, Faramir, el Anillo corrompería el Reino de Gondor, y su destrucción sería lenta pero a la vez rápida, lenta en sufrimiento, y rápida en destrucción.- Dijo una voz áspera.
-¿Pero Mithrandir?...- Respondió Faramir, pero que al comprender que el utilizar el Anillo no era buena idea, terminó sentándose.

-El Anillo a de ser destruído, uno de vosotros deverá arrojarlo a la lava del Monte del Destino..., ¿quién se ofrece voluntario?.-
-¿Destruir el Anillo?, ¡Mordor ya a caído sobre Gondor!, ¡no se podría atravesar el país de la Oscuridad ni con un ejército entero!- Recriminó de nuevo el hijo del Senescal.

-Dónde un ejército fracasaría, un pequeño grupo podría triunfar- Respondió Elrond.

-Yo lo llevaré, yo lo llevaré a Mordor, pero no puedo hacerlo solo.- Dijo Frodo, que había pasado despercibido para todos los invitados.

-Cuenta conmigo, Frodo Bolsón.- Todos se dieron la vuelta y vieron a Aragorn Hijo de Arathorn:
-Te protegeré hasta alcanzar tu destino, o hasta que la muerte me lleve.-

-¿Qué dices Gandalf?, ¿vendrás conmigo?.- preguntó Frodo.
-No mi querido Frodo, tengo asuntos pendientes el el Sur, pero te confiaré a alguien en el que podrás confiar de igual manera.- Gandalf señaló a un anciano que se escondía tras una capa Marrón, y que no había mencionado nada, aún.
El anciano se levantó y dijo:
-Me llamo Radagast, y podrás contar conmigo para todo lo que quieras.-

-Como reprentante de Gondor en este Concilio mi deber es ofrecerme voluntario, cuenta conmigo, Frodo.- Dijo el joven Faramir.
-Las mismas palabras, pero por Rohan- Añadió Erkerbrand.

-Me ofrezco, por el Reino del Bosque.- Dijo la dulce voz de Legolas.

-Como organizador del Concilio, Rivendel debería llevar un representante,si usted me lo permite mi Señor Elrond, yo acompañaré a Frodo.-
-Tienes mi permiso, Glorfindel.- Dijo el Medio Elfo.

-¡Vaya!, marchar al lado de dos Elfos no es una idea que me atraiga, pero el grupo debería de tener alguien con sensatez, te acompañaré pequeño Hobbit.- Dijo Gimli.

Elrond, contento por el resultado del Concilio, se dispuso a terminar el grupo:

-Bien, y ahora para la plaza vacante, nombraré a un gran Héore como...

-¡¡Samsagaz Gamyi!!.- Y gritando rápidamente el Hobbit salió de su escondite.

- ¡Vaya!, no pensaba en un Hobbit, pero sin duda Frodo necesitará la ayuda especial de un amigo.
Nueve compañeros contra los Nueve jinetes del Señor Oscuro..., ¡seréis la Compañía del Anillo!.- Terminó diciendo Elrond.



Así pues, mi compañia la compone:

- Frodo.
- Sam.
- Radagast.
- Aragorn.
- Faramir.
- Erkerbrand.
- Gimli.
- Legolas.
- Glorfindel.



CAPÍTULO 1 : Desde el Valle hasta las Montañas.

En Rivendel todos se preparaban para comenzar la búsqueda del Monte del Destino, Gandalf daba a Radagast las últimas nuevas sobre la traición de Isengard:

- Saruman cree que puede controlar el Anillo, cree que puede gobernarlo a su voluntad... convertirse en el nuevo Señor del Mal y alzarse en Orthanc como antaño lo hizo Sauron en la Torre de Barad-Dûr, tal y como lo empieza a hacer en esta Edad... pero Sauron ya ha hecho mella en él, a través de la piedra vidente Saruman ha sido poseído, y ahora solo consigue vislumbrar a duras penas un túnel, un túnel que como objetivo tiene recuperar el Anillo y cubrir la Tierra de oscuridad, muerte y terror.-

- Curunír no solo ha sido poseído por Sauron, hace ya mucho tiempo que investigaba sobre el paradero del Daño de Isildur. Si el más grande de los enemigos del Mal antaño es ahora su siervo, cualquiera puede caer bajo el poder corruptor del Anillo. Haré lo que dices Gandalf, Frodo llevará la carga, pues los Medianos son nuestra mejor arma contra Mordor, Frodo es el único capaz de llevar el Anillo, y así seguirá siendo.-
Contestó Radagast.

Una vez todos listos, la Comunidad del Anillo partió desde Imladris, los Pueblos Libres de la Tierra Media habían depositado en ellos la esperanza y el poder para cumplir la misión, pero el Anillo cada vez se volvía más poderoso, algo que todo los miembros de la Compañía podían notar.

Glorfindel dirigía la Compañía para abandonar Imladris, los verdes parajes oscuros poco a poco iban siendo abordados por verdes más claros, las montañas se alzaban altas y esplendorosas, y en sus picos se podían ver las nevadas que azotaban constantemente las cumbres. el paso comenzaba a ser lento, y pronto tendrían que decidir que camino tomar, pues muchos llevan eran candidatos.

Dos días pasados después de abandonar Imladris, la Compañía acampaba en un pequeño claro. Radagast con un semblante serio se dispuso a hablar:

- Muchos son los caminos que nos aguardan, pero solo uno hemos de atravesar, todos votaremos. El Paso de Rohan es la mejor opción, pero hemos sido avisados de que las tropas de Isengard ya nos aguardan allí.
Barazinbar sería la segunda opción, pero es un duro paso a través de las cumbres montañosas. Y por último... el Abismo de Negro, la última opción, no pasaremos por allí a no se que las otras sendas sean infranqueables.-

- ¡Grrrr!, los caminos más peligrosos resultan ser los más seguros, Morria es mi elección.- Recriminó rápidamente Gimli.

Mientras tanto, Erkerbrand y Faramir lo tenían claro, Rohan debía de ser el camino. Los dos Elfos solo negaron Moria, y Aragorn estaba de acuerdo con Radagast en que el camino más seguro era el Paso a través del País de los Caballos.

- Frodo, tú eres el que tiene la última palabra, la Compañía del Anillo no puede atravesar el camino que el Portador no quiera cruzar.- Dijo el Mago.

- ¡Viajaremos lo más al Sur posible!- Contestó el Hobbit.
- De acuerdo, Rohan será nuestro primer objetivo. ¡Recojed!, andaremos hasta el anochecer, estas sendas cambian cuando la luz del día se extingue.- Volvió a decir el Mago.

Cuando la oscuridad empezaba a tomar las montañas, la Compañía acampó en una zona alejada del camino principal, la primera guardia le tocó a Glorfindel y a Gimli:

- Si el Paso de Rohan se acerca demasiado a los ojos de Isengard, entonces no deberíamos pasar por allí, Morria era la mejor senda.- Dijo Gimli.
- Antaño así lo era, Gimli hijo de Glóin, pero la Oscuridad convirtió las Minas en algo más que una Ciudad Enana, algo me dice que Moria ya no es segura, sin embargo Rohan parece la mejor opción, allí tendremos la ayuda de los amigos de los Hombres del Oeste que nos acompañan.- Contestó el Elfo.
- ¡Ay!, tendrías que ver Moria con tus propios ojos Elfo, entonces tu punto de vista cambiaría, y podrías disfrutar de la "hospitalidad Enana".- Terminó por decir el Enano.
Glorfindel hizo una reverencia...
- ¿Lo has oído?- De repente dijo Glorfindel.
- Sí..., tenemos visita...-

-¡Legolas,Aragorn, Faramir!, ¡en pie!.-

La Compañía rápidamente se tornó alrededor de la hoguera, Frodo empuñaba a Dardo, sin embargo, ésta no brillaba.
De repente, a la luz del fuego, se vieron unas sombras...

-¡Lobos!, ¡nos están rodeando!.- Gritó Legolas mientras preparaba su arco.

Una de las sombras entró a la vista de todos, Legolas había informado bien, pues un Lobo de gran tamaño saltó sobre Frodo, al instante tres flechas derribaron al animal, pues los arcos de Legolas, Glorfindel y Faramir habían silbado. Tras ésto los demás Lobos ejecutaron su ataque:
Frodo y Sam estaban detrás de Radagast, mientras que Gimli y Aragorn comenzaron a rebanar cabezas, Glorfindel se vió rodeado por tres lobos, pero con un movimiento de su espada un chorro de sangre salpicó la tierra, un lobo había perdido la cabeza, otro yacía muerto con un corte en la garganta y el tercero había perdido una pata. Legolas empezó a manejar sus Cuchillos Blancos, pero que rápidamente se tiñeron de negro. Erkerbrand degolló a uno y con un lanzamiento de su lanza atravesó el costado a otro.
Frodo veía como Radagast abatía a los Lobos sin hojas de metal, pues con un solo golpe de su bastón en el suelo, sus enemigos caían como insconcientes, instante que los demás miembros de la Compañía aprovechaban para rematar a los "caballos de Orcos".
Gimli atravesaba con su Martillo de batalla a su quinta víctima:

- ¡Jaja!, ¿¡Qué os pasa Elfos!?, ¿vuestras armas no dan a basto?, ¡¡Cinco!!.- Y un chorro de sangre salpicaba la armadura del Enano.

Algo más lejos, Aragorn y Faramir acababan con tres bestias más. Faramir y Aragorn eran los que más se habían acercado a la marca del Enano con cuatro Lobos atravesados por sus espadas.

Las pocas bestias que quedaban se retiraron, algunas heridas y otras moribundas. Radagast informó de que los Lobos pocas veces eran vistos en estos lugares, pero que quizá el olor y su presencia les hubiera atraído hasta el fuego:
- Sin duda ésta noche habrá que andarse con cuidado, comenzamos a entrar en zonas espiadas por Isengard, deberemos ser más cautos cada vez.- Dijo el Mago.

- En Morria no habría tales espías...- Terminó diciendo Gimli mientras limpiaba su martillo.



CAPÍTULO 2 : El Paso de Rohan.

Dos semanas llevaban de camino, las Montañas Nubladas se alzaban como prominentes cumbres donde antaño se libraran batallas, y al Oeste, las Tierras Bruinas se extendían en forma de valle infinito.
Radagast avanzaba delante acompañado de Frodo y Sam, Aragorn y Faramir los seguían, algo más alejados estaban Glorfindel y Legolas, y más atrás, Gimli explicaba a Erkerbrand la majestuosidad de los Salones de Moria:

- Sin duda Señor Enano, las minas no son lugar para mí. Prefiero una llanura, mi corcel y un suficiente espacio para preparar la carga, de lo demás ya se ocuparía el posterior sonido del choque de los aceros.
Pronto llegaremos a mi Tierra, a mi hogar, no es precisamente un lugar adecuado para el estilo de lucha de los Enanos, pero viendo su manejo del martillo no creo que le resultara difícil adecuarse.- Contestaba el Señor de Cuernavilla.

El ánimo de la Compañía había menguado, Radagast caminaba envuelto en su capa, Frodo y Sam lo seguían a duras penas, agotados, y los demás estaban ya pendientes del paso paralelo por Isengard.
Radagast se adelantó más aún y ordenó a los miembros de la Compañía detenerse:

- A partir de ahora entramos en una zona difícil, no resultaría extraño toparnos con servidores de Saruman, pues detrás de esas montañas se encuentra Orthanc. Mañana alcanzaremos el Paso del Sur. Descansad, pues los días que están por llegar serán duros, si todo sale bien cruzaremos el Folde Oeste y dentro de dos días llegaremos a Cuernavilla, desde allí viajaremos hasta Edoras, y en la Captial de Rohan decidiremos el camino a seguir.- Terminó diciendo el Mago.

La noche fue tranquila, Faramir y Aragorn realizaron la primera guardia. La segunda fue de Legolas y Erkerbrand, pero ni unos ni otros tuvieron que desenvainar sus armas.
Cuando salió el Sol, Radagast ordenó reanudar la marcha, y de nuevo la Compañía se tornó hacia el Sur. Las montañas todavía bloqueaban el Oeste, pero pasada la mañana y parte de la media tarde las montañas dejaron un margen, y una vereda en forma de llanura se abrió ante los expectantes ojos de los miembros de la Comunidad del Anillo, a lo lejos se podía distinguir el Río Isen, y más lejos aún bañado por la neblina estaba Rohan, hogar de los Rohirrims y del Rey Théoden:

- Y al fin, el Paso de Rohan, nuestra primera premisa para llegar a Mordor. Adelante, dentro de poco alcanzaremos ver a duras penas Isengard. No estoy seguro, pero creo que Saruman siente que estámos muy cerca de él, el Mago Blanco querrá hacerse con el Anillo... ¡Frodo!, has de permancer siempre a mi lado, el Paso está demasiado tranquilo, los Crebain nos han estado siguiendo desde las alturas éstos últimos días, y seguramente hayan informado ya en Orthanc, hay que tener mucho cuidado... .- Señaló Radagast.

De nuevo en marcha, la Compañía comenzó a atravesar el Paso del Sur. Todo era silencio, el solo hecho de pisar el suelo se podía escuchar en la lejanía, la oportunidad de que el Anillo pasara por delante de Isengard no le hacía mucha gracia al Portador, y de repente, de nuevo las montañas se abireron, y ante los enviados de los Pueblos Libres apareció Orthanc, no cerca, pero la Torre se podía contemplar hasta muchas leguas pasadas. El silencio se hizo más pesado aún, y solo Aragorn dijo algo:

- Antaño una Torre para combatir a Mordor, y ahora, en éstos tiempos, su máxima aliada.-

- Al igual que su ocupante, Aragorn.- Añadió Radagast.

La Compañía aumentó el ritmo, el cansancio acumulado ya no hacía mella en los guerreros, y cuando habían pasado cinco horas desde el avistamiento de Orthanc, unos cuernos resonaron en la lejanía.
Frodo miró rápidamente su vaina, y aterrorizado observó como su interior brillaba con una pálida luz azul:

- ¡Orcos!, ¡Radagast!, ¡nos siguen los Orcos de Isengard!.- Gritó Sam.

- Pero no Orcos normales, tenemos encima a otra raza distinta, quizá Orcos, pero más mortales y peligrosos.- Dijo Glorfindel.

- Sea lo que sean, no podremos combatirlos en campo abierto, ¡hacia la espesura!, ¡quizá allí los despitemos!.- Gritó Aragorn.

Ya bajo la protección de una pequeña zona boscosa, la Compañía se preparó para combatir la trampa de Saruman, el Mago le había ordenado a su tropa seguir a la Comunidad a larga distancia, y en el momento adecuado, quizá cuando esperaran pasar ilesos hacia Rohan, soltar las riendas, y relaizar el ataque.
Escondidos, Aragorn, Glorfindel, Erkerbrand, Legolas y Faramir prepararon sus arcos. Con nerviosismo observaron como al menos cincuenta criaturas con el emblema de la Mano Blanca empezaron a asomarse a su vista. Uruk-hai se les llamaba, y eran los Orcos mejor preparos para la batalla, por lo tanto no tardaron en descubrir la jugada de la Compañía y al grito de -¡¡A por ellos!!-, las criaturas se lanzaron contra los árboles.
De las sombras de la espesura salieron andanadas de flechas mortalmente dirigidas, todas alcanzaban algún objetivo, un Uruk cayó rápidamente por una flecha que le había atravesado la frente, otro con una perforación en la garganta, y de entre esas sombras otro arma salió despedida, un pequeño hacha se clavó en el pecho de otro Uruk, y una voz se escuchó entre las sombras: - ¡¡Uno!!-.
Los Uruks comenzaron a ganar terreno, y los supervivientes entraron en la espesura, las espadas comenzaron a resonar, y el combate cuerpo a cuerpo empezó.
Mientras Glorfindel atravesaba con su espada a un Uruk, Gimli ensartaba a otro con su hacha. Faramir cortaba las cabezas a otros guerreros Isengardos y con maestría Aragorn evitaba la carga de otros, con un posterior movimento de su espada, un Uruk perdió un brazo, y otro vio como la espada le atravesaba el pulmón derecho. Legolas y Erkerbrand luchaban juntos, y muchos cadáveres quedaban a sus pies. Sam atravesó con su espada a un desventurado que se atrevió a acercarse demasiado a Frodo, y Radagast con sus bastón aplastaba los cráneos de los enviados de Saruman.

La victoria estaba cerca, pero otra tropa de Uruks arremetió por el flanco de la Compañía que en ese momento defendía Erkerbrand, sorprendido, el Señor del Folde Oeste tropezó con una rama, la espada se le separó de su mano y un Uruk aprovechó ese momento para cargar contra él, a duras penas logró evitar la primera estocada y con una daga que llevaba escondida en la bota, acuchilló la garganta del Uruk, pero una cimitarra asomó por detrás de él y ésta se incrustó en su cota de malla. Las escamas comenzaron a teñirse de rojo, pero de nuevo Erkerbrand demostró su valor y cortó el cuello de ese Uruk. Tras ésto, y ante la triste cara de los demás miebros de la Compañía, Erkerbran cayó de rodillas, y posteriormente quedó tendido en la tierra.
Legolas, Gimli, Aragorn, Glorfindel y Faramir se ocuparon de acabar con los Uruks que aún seguían de pie.
Todos estaban bien, aunque Gimli sangraba por una herida en la cabeza y Faramir por otra en el brazo. Con lágrimas en los ojos, se acercaron al cuerpo sin vida del Señor de Cuernavilla. Gimli, enrabietado, quería volver a Isengard para hacerle pagar a Saruman su traición. Frodo y Sam lloraban arrodillados fernte a Erkerbrand, Legolas y Glorfindel sintieron la pérdida del "Guerrero de Rohan" entonando un canto élfico. Y allí, en la llanura del Paso de Rohan, Erkerbrand fue enterrado con sus armas y con grandes honores.
Tras pasar la noche en la espesura, y tras caminar toda la mañana, Radagast contempló al fin las preciosas llanuras del País de los Caballos, habían llegado a Rohan.



CAPÍTULO 3 : Hacia el Entaguas.

- El cielo está gris, y las llanuras por donde antaño los Rohirrims demostraban su valor ahora solo hacen eco de querer hacer lo posible por evitar esta situación. Saruman a tomado estas tierras, no de forma bélica, aún, pero sí moralmente y en espíritu, algo me dice que Rohan ya no es segura, pero no podremos retroceder, el Señor de Orthanc ya habrá sido informado de su fracaso en el intento de hacerse con el Anillo, y seguramente nos mandará buscar.
Edoras ya no es un paso seguro, quizá tampoco Cuernavilla, pero pasar la noche a la interperie tampoco es una buena idea, la única opción que nos queda es buscar algún risco o alguna zona boscosa, pasar la noche, y salir lo antes posible del País de los Caballos. Nos dirijiremos a las orillas del Río Entaguas y seguiremos su curso hacia este, pero siempre los más alejados posible de las Montañas Blancas. Seguiremos el Río hasta llegar a Cair-Andros, una vez allí, decidiremos al rumbo a seguir, y será de forma más precavida, pues en esa zona ya podremos ver los Montes de la Sombra, la frontera de Mordor.- Dijo Radagast.

- ¿Tanto lío por tomar el Paso del Sur?, si hubiéramos atravesado las Minas de Morria solo tendríamos que haber seguido el rastro del Río Grande, ¡hubiera sido cuestión de tiempo llegar a Emyn Muil!, ¡pero no!, tuvimos que pasar por delante de la casa del enemigo, ¡mandarle el Anillo a Saruman envuelto en flores habría sido más cauto!, ¡ay!, a partir de ahora me limitaré a escuchar, ¡solo a escuchar!, pues parece que lo que un Enano diga no es aceptado como una opción, si no como un descarte con respecto a vuestras sugerencias.- Recriminó Gimli.

- Lo hecho hecho está Mestro Enano, y como ha dicho Radagast, Gondor es la mejor opción, Minas Tirith es el camino más seguro, desde allí podremos reagruparnos, y mi padre nos prestará toda la ayuda posible.-

- Yo no he dicho que Gondor sea la mejor opción, Faramir. Es el único camino, pero en Minas Tirith no encontraremos más ayuda de la que necesitamos, Gondor está en guerra, y no llevaré el Anillo a estancias de la batalla, si es posible, el camino que conduce a la Ciudad Blanca será evitado.- Contestó el Mago.

Faramir se quedó callado, pues en su corazón sabía que Gondor no era el mejor camino. El deseo de llevar a su padre un arma para triunfar sobre Mordor a menudo le hacía creer en cosas que él sabiá que imposibles.

Aragorn se dispuso a hablar:

- Entonces el camino a elegir es el de Harad, ¿pero por dónde cruzaremos el Entaguas?.-

- Osgiliath descartarla, tiempo hace que sufre ataques, no sería seguro.- Contestó Faramir algo dolido, pues creía traicionar a Gondor, evitando que el Anillo pasara por sus tierras.

Radagast sonrió, pues comprendió que Faramir empezaba a demostrar de lo que era capaz, de lo que Gandalf tanto le había hablado. A partir de ahora, el hijo del Senescal comenzó a preocuparse de veras por Frodo y el Anillo.

- Entonces... ¿por dónde pasaremos?.- Preguntó Sam.

- Cruzaremos el río antes de llegar a la altura de Cair Andros, nos dirijiremos hacia Nindalf, y despúes hacia la Ciénaga de los Muertos.- Dijo al fin Radagast.

Al oir ese nombre, Frodo soltó un pequeño suspiro.

- No te preocupes Frodo, no hay nada que temer allí.- Terminó diciendo el Mago.

- Sea lo que sea, más vale abrocharse las botas. Primero nos hacéis pasar por delante de los ojos de Orthanc, y ahora nos daremos un larrrgo paseo por pantanos malolientes con reputación de zonas peligrosas, al parecer os gusta complicar el camino, menos mal que por lo menos los Elfos no han abierto la boca, pues si no me veía caminando por la Meseta de Gorgoroth en paños menores.- Añadió de nuevo Gimli.

Todos rieron.



La Compañia se puso en marcha con las primeras luces del alba, y tal y como habían acordado, no visitarían ni Cuernavilla ni Edoras.
A pesar de lo que indicaba el ambiente, las temperaturas eran altas, por lo que a menudo tenían que parar para descansar. A Gimli no le hacían gracia esos parajes, pues el camino se componía de llanuras superpuestas cuyo final no se podía alcanzar a ver. Legolas y Glorfindel tomaron la delantera, algo que Radagast agradeció, pues el cansancio también hacía mella en el Mago.
Faramir todavía permanecía callado, y Aragorn, quizá pensando todavía en la pérdida de Erkerbrand, caminaba junto a Frodo y Sam.

Así pasaron dos días, y cuando solo faltaba medio para llegar a las orillas del Entaguas, el suelo comenzó a retumbar, y no muy a lo lejos, los miembros de la Comunidad vieron a una pequeña caballería de hombres que se dirigía hacia ellos.
Radagast ordenó formar un círculo para que los Hobbits no quedaran al descubierto y a la interperie. Los jinetes no tardaron en llegar y mediante un gesto del hombre que parecía dirigrilos los Caballos rodearon a la Compañía. De entre todos los Caballos asomó uno más grande y poderoso. Lo montaba un hombre vigoroso, armado con una cota de malla y con el rostro tapado por un yelmo de motivos rohírricos.
El hombre se dispuso a hablar:

- Raro grupo componéis..., ¿pretendíais atravesar Rohan sin oposición?.-

- Saludos Hombre de Rohan, mi nombre es Radagast, ¡y sí!, pretendíamos cruzar el Reino de Rohan sin oposición, pero eso es algo que no conseguimos, pues fuimos atacados nada más cruzar las fronteras de vuestro País.-

- Saruman ataca poblados llenos de mujeres y niños sin defensas, ¿por qué no iba a atacar a extranjeros?.- Dijo el jinete.

- No todos éramos extranjeros en el grupo, durante el ataque perdimos al único Hombre de Rohan que nos acompañaba, Erkerbrand, Señor del Folde Oeste y de Cuernavilla cayó en dicho ataque, aunque lo hizo como el valeroso guerrero que demostró ser.- Contestó Frodo.

El jinete quedó sorprendido por la aparición del Hobbit, pero estaba demasiado dolido como para preguntar sobre la raza de Frodo y Sam:

- Así que vosotros sois los compañeros de Erkerbrand... mi nombre es Gameling, y soy el encargado de la protección de Cuernavilla, puesto que me otorgó el Señor Erkerbrand hasta que él regresara, pero hace dos días descubrimos su tumba en el Paso del Sur, junto con cadáveres de Uruks, las huellas nos trajeron hasta aquí, hasta vosotros... ¿por qué huís de Rohan?, ¡todavía no ha sido cubierto por la sombra!, ¡todavía podemos luchar contra la tiranía del Mago Blanco!.-

- No estamos aquí para luchar contra Saruman, no directamente al menos, nuestro propósito es distinto, aunque el objetivo sea el mismo. Y el tiempo amigo mío, se cuenta con la muerte entre vuestro pueblo.- Dijo Radagast.

- Así es, cada día la derrota de Rohan está más cerca, por eso mi señor partió hacia Imladris, aquí creíamos que traería ejércitos, pero veo que no hay ayuda posible. Si tanta prisa tenéis, ¡id!, suerte en vuestro propósito.- Contestó Gameling.

Radagast hizo una reverencia:
- Suerte para vosotros también.-


Los Jinetes de Rohan dieron la vuelta y marcharon, quizá a la batalla, o quizá a Edoras. En su corazón, los miembros de la Compañía sabían que Rohan atravesaba un duro momento, y eso se notaba en sus Guerreros.

- Descansemos ahora, mañana al atardecer llegaremos a las orillas del Entaguas, y desde allí prosegiremos nuestro camino.- Terminó diciendo Radagast.

Comentarios  
aitor
#1 aitor 15-11-2005 14:00
el texto escrito por undrim es muy bueno.henorabuena al ganador del torneo del 22/10/05
DainII
#2 DainII 09-03-2006 13:26
No abria puesto a Glorfindel, y tres hombre...frodo correria peligro el anillo es mu fuerte. pero k lo menos me gusta es lo de Glorfindel. Dos elfos ¡ja!
elrohir_2
#3 elrohir_2 08-05-2007 09:39
Me parece incluso mejor que la propia obra de Tolkien,solo que a sam podrias haberlo sustituido por alguien diferente

Regístrate para poder comentar este artículo.